Plumazos del domingo 3 de septiembre de 2023
Apuntes postelectorales y tecnológicos de Hugo Maúl y José Gálvez.
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Sembrar bien para cosechar mejor
Hugo Maúl
Sacar adelante un plan de gobierno nunca ha sido algo sencillo para ningún partido en el poder, así tuviera mayoría en el Congreso, las condiciones económicas fueran favorables o contarán con todo el apoyo de la población. Al final de cuentas, por más meticuloso que haya sido el proceso de elaboración de dicho plan, una cosa es la teoría y otra, muy distinta, la práctica. Más todavía, cuando las circunstancias bajo las cuales se tendrá que sacar adelante dicho plan son muy distintas a las que se previeron cuando el mismo se elaboró. O bien, cuando los supuestos en lo que éste se basa resultan ser muy alejados de la realidad en la cual se tendrá que operar. Es importante que se comprenda bien que no basta con la “benevolencia social”, por llamar de alguna forma a las buenas intenciones de quienes tengan a su cargo las riendas de las políticas públicas, para garantizar que todo lo que se prometió en campaña se cumplirá a cabalidad en la realidad. Es común que cualquier nuevo gobierno que asuma el poder, más aún en las circunstancias particulares por las que atraviesa Guatemala, “sea constantemente abofeteado y sitiado por grupos de interés político, económico y social -a veces abierta y directamente, a veces en modalidades más clandestinas, aun siniestras”.1
Así como resultaría derrotista aceptar de antemano que, dadas las circunstancias imperantes, se “hará lo que se pueda”, resultaría quijotesco creer que el nuevo gobierno podrá cumplir todas sus propuestas, tal y como quedaron plasmadas en su plan de gobierno. Por más que las expectativas de la población estén “por lo cielos” con el cambio de gobierno, hay que reconocer que el gobierno de Arévalo deberá afrontar una compleja realidad que complicaría la efectiva y pronta puesta en práctica de su plan de gobierno. De tal cuenta, urge la construcción de un consenso mínimo, en torno a un “buen” conjunto de políticas públicas, principios guía y un conjunto mínimo de prioridades de “este mundo”, más que perseguir una multiplicidad de objetivos, en variados campos de acción y batallando solos contra el mundo.
En ese sentido, el plan de gobierno que se presentó durante la campaña debería pasar a ser el “Norte” simbólico de las acciones del gobierno del Movimiento Semilla, más que una camisa de fuerza que impida al nuevo gobierno realizar ajustes sobre la marcha para construir una amplia alianza entre todos los grupos que comparten el rechazo de este partido hacia la forma tradicional de hacer política y se identifican, en términos generales, con sus grandes objetivos en materia económica y social. Es necesario enfatizar que la consistencia y coherencia con relación a un plan de gobierno no necesariamente implica cumplir al “pie de la letra” todo lo ahí establecido. Se pueden realizar muchas modificaciones y seguir siendo coherente con el gran sentido del plan, así como también se pueden cometer unas cuantas modificaciones totalmente equivocadas que inutilicen totalmente dicho plan.
“Hay que reconocer que el gobierno de Arévalo deberá afrontar una compleja realidad que complicaría la efectiva y pronta puesta en práctica de su plan de gobierno.”
Lo primero que debe asegurar el nuevo gobierno, metafóricamente hablando, es “no morir en el intento”. Segundo, reconocer que lograr los cambios que desean no será una tarea fácil y se necesitará establecer prioridades claras y metas creíbles al respecto, de manera que quede claro para la población los límites de lo que puede y no puede hacerse. Tercero, poner en marcha un conjunto de acciones concretas que les permitan mostrar resultados de manera rápida a la población. Cuarto, en la medida que se afiancen en el poder y se adquiera experiencia en el manejo de la cosa pública, empezar a pensar con las grandes reformas contenidas en su plan. Etapa que, muy probablemente, tal como ha sucedido a otros gobiernos en el poder, apenas podrán iniciar dados los problemas que tendrán que sortear al inicio de su gobierno, el período de ajuste y aprendizaje necesario para “domar” al aparato público y el desgaste gradual que conlleva el ejercicio del poder.
En este tipo de cuestiones, “menos es más”; como se dice coloquialmente, evitar aquello del que “mucho abarca, poco aprieta”. Sobre todo, es importante que tengan en cuenta el deterioro reciente de las expectativas de la población en materia económica, política y social, así como el alto grado de incertidumbre en materia jurídica y política que el país ha experimentado durante este año. La incertidumbre “causa toda clase de costos… hace que la gente titubeé, que se niegue a tomar decisiones importantes… conduce a que la gente [malgaste]recursos económicos e incurra en costos [innecesarios] para protegerse contra los riesgos de cambios en las actitudes del gobierno y de vuelcos en la dirección y el espíritu de la política económica”.2 Un amplio consenso político en torno a un conjunto de políticas públicas priorizadas ayudaría a construir confianza entre quienes hoy están temerosos del futuro, además de ayudar a estabilizar las expectativas acerca del futuro del país.
Mitos, Pareidolias y Poder: Inteligencia Artificial e Ignorancia Real
José Gálvez
A simple vista, cualquier tecnología nueva nos parece misteriosa, mágica e incomprensible, por lo que la mitificamos. Una vez entendidas, podemos usar tecnologías para explorar el mundo, hacer arte, curar enfermedades y hasta conocer mejor nuestra propia humanidad. En la actualidad, la producción de arte, el análisis de datos, escribir ensayos y en general, cualquier problema que se deba resolver de manera inversa, se puede solucionar sin mayor costo a través de la inteligencia artificial (IA). Es una propuesta prometedora. Sin embargo, históricamente se ha dirigido la innovación y el desarrollo tecnológico hacia ejercer un mayor control sobre otras personas, en lugar de perseguir el ideal de una sociedad que dignifique la humanidad de todos. No se logra, de esta manera, una integración económica global que garantice el bienestar común y satisfaga necesidades reales de individuos.
“Históricamente se ha dirigido la innovación y el desarrollo tecnológico hacia ejercer un mayor control sobre otras personas, en lugar de perseguir el ideal de una sociedad que dignifique la humanidad de todos.”
El tipo de “colaboraciones” sintéticas que hoy se pueden realizar a través de la IA se ve reflejado en muchos ámbitos sociales, desde la producción de música, películas, pintura y literatura, hasta encontrar soluciones de problemas matemáticos complejos. Esto demanda conocer cuáles son los correctos mecanismos de aplicación de esta herramienta, orientando esfuerzos a su desmitificación y apuntando hacia su regulación en dirección del beneficio social que ésta pueda proveer. El fallar en manejarle apropiadamente puede llevarnos a distopias terribles: desde limitar la creatividad del hombre y su libertad de acción en la búsqueda de soluciones efectivas a problemas, hasta una autodestrucción total apocalíptica debido a una adolescencia tecnológica inmadura mal administrada.
De acuerdo con Jaime Altozano, músico y educador en YouTube, en el fondo, la IA explota el concepto de pareidolia. Una pareidolia sucede cuando una mente creadora o una red neuronal artificial, utiliza y combina materiales pasados, para generar otras innovaciones, creaciones u objetos; algo como cuando encontramos una figura zodiacal en un conjunto de estrellas. La IA dibuja la constelación. David Kestenbaum resalta que una IA como GPT4 ha sido desarrollada con el fin de producir pareidolias lingüísticas, que le permiten a una computadora completar ideas concretas usando principios simples: estadísticamente, asigna la palabra que continúa después de otra palabra ya escrita, dada una muestra gigantesca de escritos pasados. Principios básicos, con suficiente poder computacional que ahorre tiempo, generan resultados sofisticados de la misma manera que la evolución, en millones de años, ha producido organismos complejos bajo reglas simples: aquellos organismos con alelos que produzcan fenotipos inadecuados morirán antes de reproducirse.
No obstante, sin regulación y normas claras que garanticen su adecuado uso, la tecnología puede ser mal utilizada a través de manipularle con miedo e ignorancia. De acuerdo con Nina Schick, autora del tema, actualmente existen dos consensos sobre el desarrollo de la IA: por un lado, su innovación avanza rápidamente. Por otro lado, el desarrollo de la IA resalta la importancia de confirmar la integridad de la información original; Es decir, la IA resalta la necesidad de distinguir lo virtual de lo real. Jaron Lanier, programador, músico y autor, propone que la IA debe ser comprendida como una herramienta. En contraste con desarrolladores de IAs, como Sebastian Bubeck, que considera que las proezas de esta tecnología son tan grandes que representa nuestro primer encuentro con inteligencias no humanas, Lanier adopta una postura escéptica y pragmática. Lanier resalta que la idea de que la IA sobrepasa la habilidad humana es risible, ya que es como comparar un automóvil con un corredor. Un carro puede viajar más rápido que un corredor, pero, no por esto, afirmamos que es un mejor corredor. Debemos entender la IA, no como una nueva creatura, sino como una herramienta a nuestra disposición, que sirve para hacer mejoras en la eficiencia con la que completamos tareas. Lanier le define como un sistema para generar concordancias entre creaciones humanas, más no la invención de una nueva mente.
“Debemos entender la IA, no como una nueva creatura, sino como una herramienta a nuestra disposición, que sirve para hacer mejoras en la eficiencia con la que completamos tareas.”
El economista Daron Acemoglu indica que el mundo está investigando como utilizar IAs para sustituir trabajadores y así, cortar costos en empresas. Menos atención se les da a potenciales formas de mejorar la experiencia de trabajadores y consumidores a través de ella y consecuentemente, mejorar las condiciones de vida de todos. Para Acemoglu, el problema reside en la pérdida de los valores del Fordismo: Uno no puede rentar infinitamente de la innovación tecnológica ya que, de ser este el caso, al sustituir a todos los trabajadores por máquinas e IA, todas las empresas fracasan al quedarse sin demanda por sus productos, ya que nadie más que los dueños generan ingresos. Ford buscaba que sus trabajadores usaran la tecnología para ser más productivos, generaran mejores ingresos y, de esta manera, tuvieran poder adquisitivo para comprar sus vehículos. La innovación debe darse en conjunto y de la mano con marcos regulatorios que apunten a dilucidar como nuevas tecnologías deben ser destinadas a mejorar la calidad de vida de personas. Para Acemoglu, es preocupante ver que gigantes de la industria continúan dirigiendo la implementación de innovaciones en vías de arruinar nuestro futuro colectivo. Debiésemos estar preocupados, no por la inteligencia artificial, sino por la ignorancia real detrás de la mala implementación de tecnologías que, en lugar de permitirnos ser más humanos, más creativos y productivos, solamente incrementan el poder de unos sobre otros.
Harberger, A. & E. Fontaine (1990). Lineamientos de política económica y social para Guatemala, 1991-1995. CIEN: Guatemala. p. 4.
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