Plumazos del domingo 18 de junio de 2023
Apuntes de política y economía de Javier Calderón Abullarade y Rafael Paiz Conde.
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Mala Prensa, Pobres Elecciones
Javier Calderón Abullarade
Los medios “tradicionales” escritos de Guatemala carecen de información que permite identificar y decidir quiénes son los mejores candidatos a presidente de la República. Los perfiles, notas de prensa, reportajes y encuestas se centran en tratar de “descubrir” si los presidenciables son o no corruptos o si su “círculo cercano” tiene o no personajes corruptos; también reportan las críticas cruzadas entre ellos; o se enfocan en su popularidad. Y, aunque esta información es importante, de ninguna forma responde a la pregunta: ¿Es tal o cual candidato apto para gobernar bien el país o no? Y tal vez hay una pregunta más relevante detrás de esta: ¿Las leyes y el sistema electoral permite escoger a los mejores gobernantes y legisladores o no?
La prensa escrita profesional está muriendo en Occidente. La migración de anunciantes y lectores hacia las redes sociales y la migración de los anuncios clasificados -de venta de bienes y servicios- hacia plataformas digitales afectó financieramente a los medios escritos “tradicionales”. Ello ocasionó un recorte en la cantidad de periodistas; una reducción en los artículos de investigación; una preferencia por periodistas o reporteros y fotógrafos independientes; un incremento en la cantidad de reportajes o investigaciones que los periodistas deben entregar diariamente; y una mayor dependencia en comentaristas de opinión, que se enfocan en comentar lo que otras personas han dicho y que dan menos relevancia a producir información sobre eventos o datos de lo que está ocurriendo en la actualidad. Ello ha tenido un impacto negativo en la calidad de la prensa escrita que leemos y que no ha sido sustituida por las redes sociales.
Las redes sociales, más bien, han creado un ambiente nocivo para el tipo de información válida, pertinente y racional que necesita una democracia para sobrevivir. Primero, los algoritmos de redes sociales como Twitter o Facebook no favorecen una discusión amplia sobre los temas más importantes de cada sociedad y del mundo, sino que se encargan de clasificar la información que producimos en la plataforma, para solo enviarnos aquella que más nos complazca. Esto también hace que los anuncios que vemos en estas aplicaciones sea más probable que nos interesen y ello a su vez aumenta las ganancias de estas empresas. Pero ello evita que nos topemos con ideas que nos reten, con las que no estemos de acuerdo y a las cuáles amplíen nuestro espectro intelectual político. Lo segundo es que las redes sociales, especialmente Twitter, también favorecen un clima de violencia con respecto a la discusión “pública”, cuando la hay. Los “clicks” y “likes” a los “posts” más agresivos o respuestas agresivas a ciertas ideas, generan un ambiente nocivo para la discusión pública racional y pertinente. El tercer problema es que, a diferencia de la prensa escrita, el objetivo de las redes sociales no es informarnos, sino entretenernos al más bajo costo; y ello tiene como consecuencia que la calidad de la información que recibimos es la más barata, porque la producimos nosotros mismos, sin la calidad de producción de un medio escrito bien financiado y con personal profesional. Como muestra el estudio del Centro Ragnar Frisch para la Investigación Económica, de Noruega, el coeficiente intelectual, la inteligencia, de hombres que nacieron a partir de 1975, en algunos países europeos, ha caído vertiginosamente año con año. Aunque se necesitan más estudios para comprobar la causa, el posible culpable es el aumento del tiempo que estos hombres pasan en línea.
“Las redes sociales, más bien, han creado un ambiente nocivo para el tipo de información válida, pertinente y racional que necesita una democracia para sobrevivir.”
Pero la decadencia de los medios escritos también es palpable en Guatemala. El Periódico, uno de los medios más importantes del país de las últimas décadas, por la calidad de sus investigaciones periodísticas y por el impacto que tenía en la política nacional dejó de existir por falta de financiamiento para funcionar. Un repaso por las notas de prensa de medios como Prensa Libre, República GT, Siglo 21, Plaza Pública o No-Ficción dan cuenta de notas de prensa sobre las elecciones generales en Guatemala que tienen información incompleta, para las cuáles no se entrevista a las personas pertinentes, que no queda clara su pertinencia, sobre temas dispersos y qué parecen ser una extensión más elaborada de las preocupaciones populares sobre los candidatos y no de las necesidades de información para escoger mejor.
El gobierno de la República de Guatemala es el conglomerado más grande del país, tiene más de 13 empresas (ministerios), cientos de miles de trabajadores (maestros, policías, soldados y demás funcionarios públicos), tiene el presupuesto más grande del país (más de US$ 13,500 millones) y tiene que liderar a 18 millones de clientes. Y, aunque falta de honestidad es un grave problema endémico de nuestras élites políticas y el cual tenemos que controlar, no es el único. ¿Tienen los candidatos la capacidad administrativa y los conocimientos operativos para mover este mamut que es el Estado de Guatemala y más aún para solucionar algunos de sus problemas? Por mi parte y con base en la información de los medios escritos actuales, la respuesta es: no lo sé.
El Último Cónsul de Roma
Rafael Paiz Conde
Falleció Silvio Berlusconi. Polémico en vida, tras su muerte, las opiniones sobre él mantendrán el tono. Magnate de la televisión, político, dirigente deportivo; el “Cavaliere”, raro personaje que triunfó en prácticamente todo. Berlusconi es una figura que merece ser estudiada. Desde sus origines en una familia italiana de clase media, con talento, astucia y argucias, alcanzó la cima en los negocios y en el complejo sistema político italiano. Desde estudiante se iniciaba en los negocios grises, al vender copia de sus deberes a sus compañeros y ofreciendo en garantía devolverles el dinero si no obtenían un buen punteo.
En el Paris de los cincuentas se matriculó en la Sorbona sin graduarse. Lo que sí logró fue desarrollar su gusto por los clásicos de la canción gala, llegando a ser crooner. Aficionándose por el estilo de “Bon Vivant” que le acompañaría el resto de su vida; y que no pocos problemas le trajo.
De regreso en Milán, culmina sus estudios de Derecho. Demuestra su olfato para el negocio de los medios. Su tesis en 1961 sobre la publicidad televisiva da fe de ello. Sin embargo, su conquista del mundo del espectáculo debía esperar. Sus primeros éxitos son en los desarrollos inmobiliarios.
Los setentas fueron el momento en que Berlusconi dio el gran salto a la TV. Fiel a su estilo, fue bordeando la legislación de la materia que logró que una cadena local transmitiera a nivel nacional. La programación de concursos, espectáculos de variedades y presentadoras ligeras de ropa, fueron la fórmula con la que pudo revolucionar la TV. italiana. Nacía así el “estilo Berlusconi.” Esto lo construyó gracias a sus contactos con altos jerarcas de la banca, empresarios, la iglesia, la masonería, el ejército y la política. Especialmente con la gran figura de la política italiana del momento, su íntimo amigo: el socialista Bettino Craxi.
En 1984 comienza para Silvio una década dorada. Su emporio televisivo se consolidó y amplió a Europa. Su ascenso meteórico, tiene paralelismos en los triunfos del AC Milán, equipo de su propiedad, que consiguió volver de la Serie B a coronarse campeón de Europa 3 veces en 10 años.
Mientras era todo un “Rey Midas,” el contexto político de su país era diametralmente opuesto. Una crisis inédita se vivía en esa República tan acostumbrada a estas. Para 1994, cincuenta coaliciones de gobierno se habían conformado desde 1946. El sistema Político Italiano naufragaba luego de los escándalos de “Tangentopolis” (Ciudad- soborno) y los procesos “Mani pulite” (Manos limpias).
La corrupción llegó al paroxismo cuando el mismo Craxi, en un discurso en el parlamento, esbozaba la degradación aduciendo que todos los partidos políticos, prensa y autoridades recurrían al financiamiento ilícito. Llegando a pronunciar en el pleno del parlamento: “No creo que haya nadie en este hemiciclo, responsable político de organizaciones importantes, que pueda ponerse de pie y pronunciar un juramento en sentido contrario…”. En ese contexto, Berlusconi, con su estilo, funda un partido sin ideologías que tomó su nombre del cántico de los tifosi “Forza Italia!” Llega a la jefatura de Gobierno siendo así el primer outsider moderno y creador de la “Política-Espectáculo.” Su primer periodo fue breve. Duró 8 meses, su salida fue forzada cuando su alianza con la extrema derecha se rompió tras un escándalo de evasión fiscal que le apuntaba directamente. Regresaría a al Palazzo Chigi en dos ocasiones más. Llevando, en cada mandato el estilo Berlusconi cada vez más lejos.
“Berlusconi, con su estilo, funda un partido sin ideologías que tomó su nombre del cántico de los tifosi “Forza Italia!”
Revolucionó la forma de hacer política. Personaje controversial, utilizó esta característica para posicionarse. Nunca huyó al escándalo, ya que sabía que sus seguidores lo acuerparían incondicionalmente. Carismático, difícilmente pasaba desapercibido, fue amado por unos y odiado por otros. La fórmula, de la “Política Espectáculo” creada por él le funcionó. Su permanencia al frente del gobierno italiano por 3340 días le coloca como el funcionario que más tiempo ha ostentado ese cargo, es decir poco más de 9 años. Siendo el político de mayor influencia de su país, con 30 años en la palestra.
Imposible sería obviar sus escándalos y líos de faldas, ya que estos provocaron sus caídas y manchan su carrera. Entre luces y sombras, tal y como vivió, este hombre que dominó desde lo más alto, la política, los negocios y los medios, es decir El Poder, demostró sus virtudes y defectos. Berlusconi se convierte entonces en una figura aspiracional de un grupo considerable de italianos, que intentó colocar a su país como protagonista en la escena internacional.
Sin embargo, deja una Italia dividida ante su imagen. El gran misterio será saber si el partido fundado por él y para él logrará subsistir; o si estará condenado a desaparecer, como ocurre con los vehículos electorales hechos a la medida de su líder. Otra incógnita es saber cuan profundo será el vacío que deja su muerte y quien tomará su estafeta. No es extraño que fuera en Roma, en donde de la mano de los Gracos se inventara el populismo; ni que fuera allí, 2120 años después, que Berlusconi hiciera lo mismo con la Política Espectáculo.