Pero si ya no confiamos en la democracia, ¿cón que la vamos a reemplazar?
Análisis gráfico del apoyo a la democracia en Guatemala
El principal problema que enfrenta la democracia guatemalteca es la pérdida de apoyo a la democracia debido, en parte, a la falta de confianza en los partidos políticos y el incremento en la percepción de corrupción de las instituciones del país. Los guatemaltecos tradicionalmente recuperan la confianza en la democracia durante el segundo año de cada gobierno. La competencia electoral durante el último año de cada gobierno y la incertidumbre con respecto a los nuevos gobiernos durante su primer año parece ser una causa regular de la pérdida de confianza en la democracia. Pero, aparte de estos ciclos regulares directamente relacionados con las elecciones generales en Guatemala, se observa que desde el final del gobierno de Álvaro Colom y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quienes recuperaron la confianza de los guatemaltecos en la democracia, continuó una tendencia decreciente en la confianza en la democracia en el país.
La perdida en la confianza histórica en la democracia guatemalteca, no relacionada con sus ciclos electorales, parece estar relacionada con la reciente corrupción de las instituciones públicas y privadas del país. Como se observa en la gráfica, a partir del 2015 hay una caída constante en la confianza en la democracia chapina al punto qué, en 2018, por primera vez a los guatemaltecos les dio igual tener un gobierno democrático que uno autoritario. Esto en un contexto en que el apoyo al autoritarismo también aumentó y que la confianza en la democracia cayó a su punto más bajo desde 1996. ¿Cuáles son las causas de esta pérdida de confianza en la democracia en 2018 y aumento de la confianza en gobiernos autoritarios? Esta es una pregunta abierta que puede estar relacionada con la radicalización y polarización política surgida de la lucha entre el gobiernos de la República de Guatemala y personas contrarias al trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la CICIG y las personas quienes la apoyaban. El resultado esperado a partir de esta tendencia fue, efectivamente, un incremento del autoritarismo en Guatemala, una eliminación de los pesos y contrapesos republicanos y la cooptación de las instituciones democráticas del país. Este movimiento hacia una consolidación de un gobierno, medios de comunicación e instituciones democráticas hacia una derecha conservadora y autoritaria a facilitado el incremento de la supresión de la libertad de expresión y política en el país.
Sin embargo, ello no quiere decir que la creencia en que la democracia es una buena forma de gobierno ha desaparecido. Aunque no hay datos actualizados para los últimos tres años, lo que se puede inferir de estas tendencias es que los guatemaltecos todavía tienen algún nivel de confianza en la democracia. Pero, para que esta vuelva a funcionar los guateltecos deben recuperar su apoyo en los partidos políticos, las instituciones públicas y privadas del país y se debe reducir la corrupción en las instituciones públicas de Guatemala, así como la relevancia de un discurso de odio y desinformación en el ecosistema de la opinión pública nacional.
Breve análisis elaborado por Javier Abullarade