Pensamientos sobre Guatemala, Justicia y Libertad (Parte I)
Javier Calderón ahonda sobre la importancia de una justicia democrática en Guatemala.
“Las emergencias siempre han sido el pretexto que se ha utilizado para erosionar la libertad individual.” (Frederick von Hayek)
Las negociaciones entre empresarios y políticos eliminan la libertad cuando se hacen sin transparencia y sin un debate público que garantice que sus costos o utilidades sean de beneficio público o que generarán externalidades positivas, que van a producir más beneficios que costos sociales. Es decir, no hay libertad si los ciudadanos no tenemos la oportunidad o los mecanismos para evaluar y oponernos a una acción que potencialmente nos puede generar más daños que provechos y cuando esta acción depende sólo del arbitrio de quienes son parte de la estructura de poder -políticos, funcionarios públicos y empresarios.
Sin libertad política no hay libertad económica. La riqueza es una fuente de poder y la libertad de cambiar las formas de producción atentan constantemente contra las estructuras de poder. Los recientes ejemplos de la Rusia de Putin, la Nicaragua de los Ortega y la China de Xi evidencian cómo la estabilidad política generada por estos dictadores depende de la sumisión, de la falta de libertad, de los empresarios. En Rusia la libertad de las empresas fue personalmente permitida por el dictador hasta que éste decidió expropiar las empresas occidentales; expropiar las empresas de los oligarcas que ya no lo favorecían; prohibir los negocios que satisfacían la demanda de la comunidad LGBTQI+; obligar a las industrias de defensa a producir cuotas de armamentos y productos sin que hubieran los insumos y capacidad para hacerlo; y favorecer la devaluación del rublo, para favorecer su deseo personal de iniciar una invasión en contra de Ucrania. En Nicaragua, la libertad de empresa ha dependido vez de la buena voluntad de la familia Ortega de no encarcelar a empresarios opositores a su gobierno y cuyos intereses económicos son perjudicados por los intereses de la familia en el poder. En China, Xi ha recurrido al encarcelamiento y persecución penal y política de empresarios qué, como Jack Ma, cofundador de Alibaba, han criticado las políticas del dictador cuando estas limitaban el desarrollo de las empresas. Contrariamente, la libertad económica está más asegurada en países en los que existe libertad política; es decir, en países en dónde la voluntad de los gobernantes está limitada por la división de poderes públicos y por la posibilidad de los actores privados, como empresarios o ciudadanos, de oponerse al arbitrio público, por medios legales, predecibles y relativamente imparciales. Por ejemplo, y a diferencia de Rusia o China, en dónde el desarrollo de la Inteligencia Artificial y del sector digital dependen de la buena o mala voluntad de sus dictadores, en los Estados Unidos de América, el desarrollo de estos sectores ha dependido de la libertad de sus empresarios de decidir en qué y cómo enfocar sus recursos. Incluso, aunque estos sectores son considerados de importancia estratégica para los gobernantes americanos, su subsidio y regulación no dependen de la voluntad personal de ningún presidente, sino de negociaciones políticas en un marco de instituciones democráticas y predecibles y en dónde la persuasión política prima sobre la voluntad personal.
Sin libertad política no hay seguridad. Existe la falsa creencia de que la libertad y la seguridad son incompatibles. También hay otra falsa creencia de que la seguridad ciudadana es más importante que su libertad. Pero, sin libertad no hay seguridad ciudadana porque la ausencia de la primera deja a los ciudadanos -empresarios, religiosos, trabajadores, estudiantes, mujeres, niños, o quien sea- a merced del arbitrio injusto de quienes detentan la fuerza pública. Es decir, la incapacidad de los ciudadanos de criticar y oponerse a lo que consideran derechos o acciones injustas por parte la fuerza pública aumenta el riesgo de que esta fuerza sea usada en contra de ellos de forma impredecible e injusta. La priorización de las políticas de seguridad y del aumento del uso de la fuerza pública en contra de los ciudadanos por sobre el principio de libertad permitió el asesinato y persecución masiva de campesinos e indígenas de Guatemala, sin que hubieran garantías para la seguridad física de los perseguidos y para que recibieran un juicio justo. La supuesta seguridad de Rusia ha dependido de la eliminación legal de los principios y procesos para defender a los ciudadanos en contra de la acción pública antojadiza. El resultado ha sido la detención injusta de miles de personas y sin que mediaran procesos que los salvaguardaran del abuso público y sin que se puedan denunciar estos abusos.
“Sin libertad política no hay libertad económica. Sin libertad política no hay seguridad.”
Escribo estas ideas con cierta premura, pero, a pesar de ello, intenté redactarlas lo más claro y correctamente posible, sin errores. Sin embargo, no son tuits a los que le tengan que dar “like” o “dislike”, ni tampoco son ideas escritas en piedra y que trate de imponerles. Mi deseo es únicamente que sirvan como puntos a partir de los cuales reflexionar y abrir una discusión pública sobre qué es el liberalismo guatemalteco y cuál debe y puede ser su aporte al desarrollo del país.