Paradigmas, comodidad y esperanza
Apuntes sobre el cambio, la oportunidad y el futuro de José Rolando Gálvez.
Claudia Méndez, anfitriona del programa de radio Con Criterio, en su entrevista con Tan/Gente, del lunes 15 de enero de 2024, describió el cambio de gobierno resumido en tres imágenes. La primera, dice la periodista, fue la de “Jonathan Menkos empujando la puerta para entrar donde sesionan diputados definiendo quién es quién en el congreso”: una imagen de la antigua legislatura antidemocrática y el diputado queriendo evitar que lo excluyeron del proceso en el día de la toma. La segunda imagen es la de los nuevos diputados de Semilla lanzándose sobre el podio en el congreso al no haberles otorgado la palabra. Mientras los perdedores de la contienda describen superficialmente el tema como una “pena ajena” diciendo que el congreso parecía un mercado, Claudia, más perspicaz, resalta la importancia del momento: La vergüenza real es la de los salientes de un estado disfuncional que decidieron no corregir la corrupción y no el de los nuevos adquiriendo una nueva voz en representación de los manifestantes fuera del edificio, ya hartos de la compra y venta de intereses en nuestra historia. La tercera imagen es la de Karina Paz, contando votos finales y gritando “¡Viva Guatemala!”, restaurando la “voluntad del pueblo” con una nueva junta directiva que duró unos días. Aún si el nuevo gobierno termina siendo un fracaso y Semilla termina siendo víctima de un sinfín de artimañas legales y políticas para que no gobiernen, Claudia resalta la importancia en el cambio de paradigma que significó esta toma de posesión en la política del país. De todo este circo surge la pregunta: ¿Qué tan abiertos estamos a cambiar realmente?
Es difícil visualizar a dónde lleva todo esto, pero podríamos especular de que es un cambio hacia una sociedad diferente: una sociedad menos corrupta y clientelista, con menos matices autoritarios, más progresiva e incluyente. Podría ser una oportunidad para encausarnos rumbo al desarrollo a través de un ejecutivo socialdemócrata educado de centro. A los protectores del viejo sistema, los reaccionarios conservadores de siempre, con una gran seguridad los escuchábamos decir sobre Arévalo o sobre Semilla, “jamás van a asumir”, ahora que lo logró, perdieron credibilidad. Mientras se vacilan en sus propias especulaciones y temores, se pierde tiempo y trabajo para desarrollarnos, construir y progresar. La misma seguridad con la que afirmaban que Arévalo nunca asumiría la presidencia, es la misma con la que dicen que el estado solo sirve para robar, que hay que minimizarlo y cortarle, ignorando la importancia de los bienes públicos en todas las economías desarrolladas.
En Guatemala no es necesario un estado menor. Más bien es necesario un estado efectivo y eficiente, es decir, un estado con propuestas y soluciones prácticas. Un estado enfocado en hacer. Hoy, desde el aeropuerto hasta las escuelas y hospitales, desde carreteras hasta la justicia, los bienes públicos son proveídos de manera vergonzosa en el país. Esto nos afecta negativamente a todos. Mientras el estado sea entendido como una organización instrumental para favorecer intereses particulares, continuaremos con carencias para ser más productivos y desarrollarnos. Todos los países que han evolucionado a enfocarse en incrementar su productividad y atacar la pobreza de frente comprenden que hay una danza necesaria y coordinada entre lo público y lo privado. Dicha danza debe tener como objetivo la modernización de la economía y las instituciones públicas para el beneficio de todos, respetando la democracia.
“A los protectores del viejo sistema, los reaccionarios conservadores de siempre, con una gran seguridad los escuchábamos decir sobre Arévalo o sobre Semilla, “jamás van a asumir”, ahora que lo logró, perdieron credibilidad. Mientras se vacilan en sus propias especulaciones y temores, se pierde tiempo y trabajo para desarrollarnos, construir y progresar.”
Quienes están en contra del cambio que se está dando en Guatemala, ven con miedo esta transición hacia una sociedad con un estado menos disfuncional. ¿Será que no pueden visualizar una sociedad sin una organización inadecuada y corrupta pero que les otorgue privilegios? ¿De dónde surge su trauma paralizador? Mientras se conservaba la comodidad del status quo, sin mayores planes e innovación, otros, más astutos, capturaron la narrativa y los ideales de la población. Hoy el ciudadano común ya rechazó el discurso tradicional por algo diferente. Hoy, debemos recordar que, en la historia los reaccionarios han estado dispuestos a hacer elecciones fraudulentas, apoyar regímenes antidemocráticos y cometer crímenes en contra de civiles, con tal de no sacrificar su posición.
Por otro lado, ante la adversidad, los que trabajan por una sociedad mejor, silenciosamente renuevan una de las cualidades más necesarias para lograr cambios: la esperanza. Ya hay respuestas. Ya sabemos quién es el presidente. Pocos cambios de paradigmas hacia lo progresivo se han dado de la forma en la que se dieron acá, aún con los bochornos y equivocaciones de los salientes y la significancia tan particular de los entrantes. Ahora debemos volvernos hacia el futuro. Ahora, debemos hacernos nuevas preguntas: ¿Qué hará Arévalo y su administración? ¿Cómo logrará sus metas? ¿Hacia dónde vamos? Ahora que se calma la incertidumbre, debemos retomar el trabajo. ¡Vaya si lo hay!
“Hoy, debemos recordar que, en la historia los reaccionarios han estado dispuestos a hacer elecciones fraudulentas, apoyar regímenes antidemocráticos y cometer crímenes en contra de civiles, con tal de no sacrificar su posición.”